viernes, 20 de noviembre de 2009

La reforma de Salud de Obama



La Cámara de Representantes aprobó la histórica Ley del Cuidado de Salud Asumible para Estados Unidos. Ahora sólo falta el visto bueno del Senado

El pasado 7 de noviembre, sábado, a las 23.15 h., la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la histórica reforma sanitaria que impulsa el presidente Barack Obama como uno de los ejes de su programa político. Es, sin duda, un paso de gigante en el camino hacia el gran cambio que Obama prometió en su campaña. Ahora será el Senado el que someterá a votación su versión de la reforma y el texto resultante deberá ser conciliado con el aprobado por la Cámara de Representantes.
La reforma sanitaria (formalmente denominada Affordable Health Care for America Act o Ley del Cuidado de Salud Asumible para Estados Unidos) vio finalmente luz verde en una de las 2 cámaras del Congreso por 220 votos a favor y 215 en contra. Un republicano, representante de un distrito de Nueva Orleans maltrecho por el paso del huracán Katrina, votó junto a la mayoría, mientras que 39 demócratas se unieron a la furibunda oposición republicana, que acusa a la reforma de “socialista”.


Para el 96% de la población
En conjunto, se calcula que un 96% de la población contará a partir del próximo año con un seguro de salud. Quedarán fuera, y así lo recoge expresamente la ley, los entre 6 y 10 millones de inmigrantes ilegales. Algunos representantes demócratas votaron en contra de la reforma por esa razón. En estos momentos, 36 millones de estadounidenses no cuentan con cobertura sanitaria alguna

La ley prohibirá que las compañías aseguradoras puedan rechazar a un paciente por sus condiciones médicas preexistentes (sólo en los últimos 3 años se le negó directa o indirectamente cobertura a 12 millones de personas) o lo expulsen cuando desarrolle una enfermedad grave (una investigación del Congreso descubrió que en el transcurso de 5 años, 3 grandes aseguradoras cancelaron la cobertura a 20.000 personas, ahorrándose así el pago de servicios médicos por un valor de 300 millones de dólares), prácticas comunes que en la actualidad llevan a la bancarrota a miles de enfermos, especialmente a aquellos afectados de cáncer, que se ven obligados a vender sus propiedades y endeudar a su familia para pagar sus tratamientos.

En resumen, esta legislación obligará a todas las empresas a asegurar a sus empleados o, en ciertos casos, ofrecerles ayudas para que lo hagan por su cuenta. Se creará un seguro público de salud al que podrán sumarse todos aquellos que pierdan su trabajo o no tengan recursos para pagar un seguro privado. Los jóvenes y trabajadores autónomos que ahora mismo renuncian a un seguro porque no lo creen necesario serán obligados por esta ley a acogerse a algún plan o serán multados si no lo hacen.
“Dada la retórica acalorada y, a menudo, engañosa en torno a esta legislación –reconoció el presidente Obama–, sé que éste fue un voto valiente para muchos miembros del Congreso, y se lo agradezco. Pero lo más importante, están igualmente agradecidos millones de estadounidenses cuya vida cambiará cuando logremos la reforma del seguro… las familias con enfermedades preexistentes que finalmente tendrán seguro; padres que estarán protegidos contra límites anuales y de por vida que pueden forzarlos a pagar gastos exorbitantes de su propio bolsillo por la enfermedad de un hijo; pequeñas empresas que finalmente podrán ofrecerles cobertura a sus empleados, y trabajadores que podrán pagar un seguro médico por primera vez”.

“Gracias al arduo trabajo de la Cámara, estamos a solo 2 pasos de lograr la reforma del sistema de seguro de salud. Ahora es el Senado el que debe seguir su ejemplo y aprobar su versión de esta legislación. Tengo confianza absoluta en que lo hará, y espero poder promulgar la reforma del sistema antes de que finalice el año”, afirmó Obama.
Esta es la mayor transformación del sistema sanitario estadounidense desde que en 1965 se aprobaran los 2 únicos atisbos de medicina pública existentes en el país más rico del mundo, y el que tiene el sistema de salud más caro: Medicare (para los jubilados) y Medicaid (para las familias de muy bajos recursos).

Primera gran victoria
“Ahora, lo que está a nuestro alcance –insistió el presidente–, es la oportunidad de evitar un futuro en el que todos los días 14.000 estadounidenses pierdan su seguro médico y 18.000 mueran cada año porque carecen de él; un futuro en el que los costes agobiantes no impidan que las pequeñas empresas tengan éxito y las grandes empresas compitan en la economía mundial, un futuro en el que se pospongan o limiten innumerables sueños debido a un sistema deficiente que pudimos haber mejorado cuando tuvimos la oportunidad”.

Poco antes de la votación en la Cámara, Obama puso toda la carne en el asador, recordando a los representantes indecisos que “la mayoría de los funcionarios públicos, durante toda su carrera, no tiene la oportunidad de conseguir un impacto tan significativo en la vida de sus electores y en este país. Éste es su momento, éste es el momento de hacernos merecedores de la confianza que el pueblo estadounidense ha depositado en nosotros, incluso cuando las cosas se ponen difíciles; particularmente cuando las cosas se ponen difíciles. Éste es el momento de producir resultados”. El mensaje funcionó y el presidente obtuvo la primera gran victoria de su mandato.

Concluir la labor

“Es la hora de concluir la labor –afirmó Obama tras la votación–. La propuesta que la Cámara de Representantes ha aprobado les dará estabilidad y seguridad a los estadounidenses que tienen seguro médico; opciones de calidad y bajo precio para quienes no lo tienen, y reducirá los costes de las familias, las empresas y el Gobierno, además de afianzar la salud financiera del Medicare. Y como he insistido desde un comienzo, es una medida que está plenamente pagada y que, de hecho, reducirá nuestro déficit federal a largo plazo”.

La reforma costará al Gobierno federal más de un billón de dólares, unos 667.000 millones de euros, si bien desde la Oficina de Presupuestos del Congreso se insiste en el ahorro que supondrá a largo plazo: unos 100.000 millones de dólares (66.700 millones de euros) en 10 años.

Los demócratas disponen en el Senado de una holgada mayoría de 58 escaños, más los 2 independientes que suelen votar con ellos. Sin embargo, uno de éstos, Joe Lieberman, ya ha puesto en cuarentena el programa que obtuvo la luz verde en la Cámara baja. La victoria no está asegurada, pero hoy es menos difícil que en 1907, 1965 y 1994, cuando las tentativas de reforma se estrellaron contra la realidad.

Médicos y enfermeras, entre los apoyos de Obama 


Numerosas, y poderosas, instituciones y asociaciones estadounidenses se han pronunciado a favor de esta medida en nombre de sus miembros:

-La American Medical Association y la American Nurses Association la respaldan en nombre de los médicos y enfermeras que conocen de primera mano las deficiencias del actual sistema y que ven lo que sucede cuando sus pacientes no pueden recibir la atención que necesitan debido a la burocracia del sector asegurador.
-La Consumers Union la apoyan porque creará “un sistema más seguro y económico de cuidado de salud a favor de los estadounidenses”.
-La National Farmers Union (Unión Nacional de Granjeros) considera que esta medida controlará los costes para los agricultores y ganaderos, y abordará los desafíos únicos que enfrentan los estadounidenses de las zonas rurales para recibir atención sanitaria de calidad.
-La AARP, que representa a los mayores de 50 años, la respalda porque “logrará reducir el coste del cuidado de salud, ampliar la cobertura a favor de las personas mayores y darle solidez a Medicare a largo plazo”.
Jano.es

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