sábado, 22 de agosto de 2009

La Universidad y el desarrollo

Pedro francke.

Necesitamos desarrollo descentralizado, y para ello las Universidades deberían jugar un rol clave orientado a mejorar la productividad en las regiones. Podrían investigar nuevos productos de costa,sierra y selva que tengan mercado y sean buenos negocios. Nuevas formas de atender la salud usando nuestras plantas medicinales y nuestros conocimientos tradicionales. Aprovechamiento de nuestro variado medio ambiente. Educación adaptada a las realidades regionales. Adaptación de las tecnologías que vienen de otras partes del mundo. Antenas abiertas a la creación tecnológica, no solo de EstadosUnidos, sino también del Asia y de Latinoamérica.

Sin esa iniciativa, para la cual las universidades son las llamadas a tener la mayor iniciativa, seguiremos condenados a inversiones y tecnologías extranjeras, muchas de las cuales no se adaptan bien a nuestra sierra y selva, que seguirán siendo las regiones más atrasadas del país. Sin tecnologías propias y apropiadas a nuestras regiones, la descentralización económica seguirá siendo una quimera inalcanzable, y seguiremos siendo un país dependiente en lo económico,pero también en lo político y social.

El abandono de la investigación, de las universidades y de la innovación tecnológica hoy prevaleciente, es parte de un modelo de desarrollo que no ve las potencialidades de nuestro país, de nuestros recursos naturales y de nuestra gente. Quienes como Alan García creen que el Perú solo vale porque hay minerales y petróleo que extraer, no creen que haya que invertir en universidades o tecnología propia, sino solamente traerlas del exterior para extraer recursos, usando el “cholo barato”.

Un nuevo modelo de desarrollo tiene que invertir en nuestras universidades, sobretodo regionales. Tiene que lograr que haya universidades que investiguen sus regiones, y que sean aliadas de los gobiernos regionales, municipalidades y empresas en el desarrollo regional. Tiene que lograr universidades donde los estudiantes no solo lean libros y discutan teorías alejadas latitudes, sino que conozcan su realidad, apliquen ahí sus conocimientos y en la practica misma innoven y generen desarrollo.

Es posible. Se necesita presupuesto, liderazgo y capacidad. Se necesita darles a las Universidades condiciones económicas, pero también condiciones de gobernabilidad, y se necesita que tengan alianzas con los actores que en las regiones están generando desarrollo. Es posible.

martes, 18 de agosto de 2009

El uso del agua y el hambre

Asia debe replantearse el modo en que usa el agua si quiere garantizar la alimentación de más de 1,5 millones de personas en las próximas décadas, según un informe.

La investigación, promovida por el Instituto del Uso del Agua y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), advierte que el actual modelo de irrigación forzará a muchos países a importar comida.

Esta situación, sumada al rápido crecimiento de la población, conducirá al descontento y la conflictividad social, informó la corresponsal de la BBC Alí McConnell.

El informe dice que el 94% de la tierra cultivable del sur de Asia ya se usa para sembrar alimentos, pero según sus estimaciones, el continente podría cosechar hasta tres cuartas partes más de la comida necesaria para alimentar a su población. Y sólo mejorando sus sistemas de irrigación.

Los autores de esta investigación, que se presentará ante la Conferencia Mundial del Agua que se celebra esta semana en Estocolmo (Suecia), advierten que, de mantener sus actuales sistemas, algunos países en vías de desarrollo necesitarán comprar más de un cuarto del arroz y maíz necesarios para alimentar a sus pueblos en 2050.

Importar, mejorar o potenciar

La opción de extender las tierras irrigadas en Asia para alimentar a la población se está convirtiendo en un gran problema debido a las restricciones de tierras y agua

Aditi Mukherji

Proponen tres soluciones para satisfacer las necesidades alimentarias de la población asiática: importar grandes cantidades de cereales de otras regiones, mejorar la agricultura que sólo se riega con la lluvia y potenciar las granjas que trabajan con irrigación.

El informe señala que la primera opción es demasiado arriesgada desde el punto de vista político y que la segunda es prácticamente imposible porque la tierra cultivable ya está en uso.

Aditi Mukherji, jefe de la investigación, dijo que "la opción de extender las tierras irrigadas en Asia para alimentar a la población se está convirtiendo en un gran problema debido a las restricciones de tierras y agua".

La solución más asequible, aseguran, sería modernizar a gran escala los sistemas de riego, que datan de los años 70 y 80 y actualmente dependen de aguas superficiales, pero han quedado abandonados por falta de inversiones.

Esto costaría miles de millones de dólares. Por eso aseguran que una alternativa sería que los gobiernos ayudaran a los granjeros a comprar sus propias bombas de bajo precio para extraer agua para regar sus cultivos.

sábado, 15 de agosto de 2009

EE UU la guerra de los sistemas de salud


El debate por la reforma en el sistema de salud que promueve Barack Obama en Estados Unidos se ha vuelto internacional: pasó de azuzar a simpatizantes y opositores de los cambios en territorio estadounidense, a involucrar al patriotismo y la política interna de los británicos.

Desde el primer ministro Gordon Brown y su esposa, Sarah, hasta el líder conservador -que según las encuestas tiene amplias oportunidades de ganar en las próximas elecciones- David Cameron, pasando por ministros y políticos multicolores y los ciudadanos de a pie, todos han echado mano de armas retóricas y las nuevas tecnologías para poner pica en la guerra de los sistemas de salud.

Las discusiones sobre la reforma calentaron en EE.UU. luego de que ambas cámaras del Congreso fracasaran en el intento de esbozar sendos borradores de la ley antes del receso de verano, pero el conflicto se volvió internacional cuando el Investors Business Daily (IBD), un periódico nacional con base en Los Angeles, comparó las propuestas de la Casa Blanca con el sistema de salud nacional británico.

Fundado hace 61 años, el National Health Service o NHS ha sido elogiado como servicio de salud público que atiende en forma gratuita a los ciudadanos, sin hacer distinciones. Sin embargo, el IBD lo critica como modelo costoso, burocrático y "socializante", que "raciona" medicamentos en base a las perspectivas de recuperación de los pacientes.

El IBD señala como preocupante que Obama traslade el NHS a EE.UU. "Las historias de gente muriéndose en listas de espera, o a quienes simplemente se les niega la atención, parecen sacadas del guión de una película de terror", dice el editorial.

El artículo añade que "personas como el científico Stephen Hawking no tendrían chance en el Reino Unido, donde el NHS determinaría que la vida de este hombre brillante no tiene valor alguno debido a sus impedimentos físicos".

Las reacciones populares y oficiales no se hicieron esperar. Para empezar, el propio Stephen Hawking salió a decir que toda su vida ha vivido en el Reino Unido y que "no estaría aquí si no fuera por el NHS".

Guerra cibernética

Sarah Palin, ex candidata a la vicepresidencia por el Partido Republicano

Palin y otros republicanos han criticado las propuestas de Obama por "orwellianas y malévolas".

El editorial del IBD y las posturas apasionadas en el debate estadounidense fueron suficientes para desatar una oleada de patriotismo en Gran Bretaña, donde el gobierno y miembros de todos los partidos políticos salieron a defender la vigencia del tradicional NHS.

El primer ministro Gordon Brown y su esposa Sarah, quien generalmente se mantiene al margen de la política, apoyaron públicamente a la institución a través de Twitter, donde la cuenta "We LoveTheNHS" se ha llenado de mensajes en pocas horas.

La oposición también ha salido a la defensa del NHS, luego de que un conservador, miembro del parlamento, se apartara de la línea del partido diciendo que "no le deseaba a nadie" un sistema de salud como el británico.

Daniel Hannan dijo a la televisión estadounidense que "lo más chocante de todo es que es muy probable que te manden nuevamente al final de la cola", y habló de ancianos que "mueren de hambre en los pasillos". En su opinión, "es increíble que un pueblo libre se plantee seriamente la posibilidad de adoptar un sistema como éste en tiempos de paz, y busque agrandar en forma semejante el papel del estado cuando no es necesario".

En cambio el líder de su partido, David Cameron, dijo respaldar el NHS "un 100%" y tildó sus opiniones de "excéntricas". El encargado de Salud en el Partido Conservador, Andrew Lansley, acotó que "hay millones de personas agradecidas al NHS", y que Hannan hace un "flaco servicio a ellos y el NHS al brindar una imagen tan negativa y distorsionada a los estadounidenses".

Al parecer, los republicanos transatlánticos que tacharon al NHS de "orwelliano" y "malvado" sólo lograron unir a un ejército de británicos que sienten orgullo del NHS a pesar de sus fallas.

Críticas

Página de We Love The NHS en Twitter

Miles de británicos han publicado en Twitter sus agradecimientos al NHS.

Pero las críticas al sistema de salud británico no amainan. Las comparaciones del IBD fueron respaldadas en la blogósfera por el conservador Michelle Malkin, quien advierte que "los efectos de la medicina socializada en Gran Bretaña -dirigida por consejos gubernamentales que buscan reducir costos y que los planes de Obama emularían- siguen provocando el caos entre los ancianos y los desvalidos".

En este punto Malkin reafirmaba los dichos de la candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, quien hace una semana aseguró que Obama planeaba crear una serie de "paneles de la muerte" que decidirían si "merece invertir en atención médica" para los ancianos o discapacitados.

Obama desmintió que estos fueran los propósitos de los paneles. Según el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Carlos Chirinos, la Casa Blanca se ha quejado de la supuesta estrategia de "rumores" y "tácticas atemorizantes" que estaría usando la oposición para descarrilar el proyecto de reforma.

Unos 47 millones de estadounidenses no están cubiertos por ningún seguro de salud, y a pesar de ello los costos crecientes de los servicios médicos son uno de los factores principales del déficit presupuestario en EE.UU.

Implementar la reforma es la prioridad del gobierno de Obama para lo que queda del año. Pocos discuten que sea necesario un cambio estructural; lo que ha desatado el debate es cómo hacerlo. Ambas cámaras del Congreso deben ponerse de acuerdo para recién luego aprobar la reforma.

BBC.com, agosto 2009

jueves, 13 de agosto de 2009

La Salud y el mensaje Presidencial


Pedro Francke.
Las referencias del Presidente García en relación a la salud en su mensaje presidencial fueron tan certeras como aquél anuncio de que ya se estaba construyendo en la selva un penal del que ni siquiera el ministro de Justicia tenía idea que se estuviera planeando.
Las referencias no fueron muchas, por cierto, lo que ya es revelador de la importancia que le asigna Alan García al tema. Pero además, exhibieron un triunfalismo tan alejado de la realidad, que asusta.
El discurso tuvo tres elementos de referencia a la salud pública. En primer lugar, se refirió a la gripe AH1N1, y justo cuando se dio el primer fallecimiento en Puno donde este virus puede causar estragos ya que, incluso sin él, hay cerca de 50 fallecidos por el friaje. Para el presidente, nuestra respuesta a la gripe llamada “porcina” ha sido muy buena…pero el virus se expande sin control, los muertos se acumulan, los pobres del Perú no han recibido información de cómo cuidarse, a la mayoría de los afectados no se les hacen las pruebas de laboratorio porque no hay capacidad para hacerlas y el Tamiflu se expende sin control arriesgando un mal uso. La gripe AH1N1 agarra a la salud pública en una situación de crisis, con hospitales y redes de atención primaria sin los recursos humanos y logísticos necesarios. ¿Si este sistema de salud no pudo evitar decenas de muertes por friaje que son causadas por los virus de la gripe común, como puede esperarse que respondan adecuadamente ante un virus más agresivo y frente al que las población tiene menos defensas autoinmunes?
La segunda referencia del mensaje fue al aseguramiento universal. Al respecto, las cifras que dio sobre el pasado y el futuro no reflejan la realidad. Habló de 11 millones de asegurados por el Seguro Integral de Salud, cuando las encuestas del INEI arrojan 3 millones que eso, pero además, cuando la atención real del SIS está en crisis porque el gobierno central adeuda a hospitales y redes de salud más de 100 millones de soles de atenciones ya realizadas que no han sido reembolsadas. Habló de inicio del aseguramiento universal en 3 departamentos, pero el presupuesto para eso no se ha aprobado sino en una tercera parte y con mucha tardanza. Finalmente, habló que el aseguramiento universal significa una integración entre EsSalud y el MINSA gracias a la ley aprobada por el Congreso, cuando precisamente la ley aprobada a instancias del Poder Ejecutivo NO incluye esa integración.
La tercera referencia en el mensaje fue al alto precio de las medicinas, haciendo un llamado a concertación con los laboratorios. Pero olvida el presidente que precisamente el TLC con Estados Unidos otorga a las trasnacionales farmacéuticas mayor poder monopólico e impide o posterga la competencia que podrían hacer las industrias nacionales, promoviendo de esa manera el alza de precio. Ahora negocia un TLC con la Unión Europea que va a ampliar esos efectos negativos sobre los consumidores, a productos biológicos como vacunas, insulina y remedios hechos en base a plantas medicinales…incluso si se trata de plantas peruanas!
Lo cierto es que ni el Presidente García ni su gobierno dan importancia o tienen ideas claras respecto del reforzamiento y reforma de la salud pública. Pocos recuerdan que en su primer discurso, Alan García anunció la municipalización de la salud, de la que no queda ya ni el recuerdo.
La salud pública peruana requiere, de los líderes políticos, ponerle presupuesto, ponerle tiempo de dedicación, ponerle ideas renovadoras, ponerle corazón. No lo está recibiendo, y por eso estamos donde estamos y no parece que, en los siguientes dos años al menos, vayamos a mejorar.
Puede escuchar el audio en:

domingo, 2 de agosto de 2009

EL APORTE DEL PARTO AYMARA

En el hospital de Iquique un doctor y cinco matronas crearon un modelo de parto indígena único en Chile en el que la mujer aimara se entibia con mantas altiplánicas, toma infusiones, recibe masajes de su partera y da a luz en la posición que quiera, rodeada de su familia, como es su tradición. Lo asombroso es que el equipo médico descubrió que aquello que las aimaras han hecho por siglos es exactamente lo mismo que la OMS recomienda para un parto con apego.

Por Consuelo Terra | Fotografías: Carolina Vargas.

Joanna Mamani, una mujer aimara de 23 años, suda copiosamente bajo una gruesa capa de mantas de alpaca hilada con lana rosada, verde y roja, mientras su cara se arruga en cada contracción. Está a punto de parir a su segundo hijo. Una estufa calienta la pieza apenas iluminada, para crear un ambiente que se asemeje al calor y la oscuridad del útero. Joanna está semiacostada en una cama de madera. Su marido, Tito García (26), la sujeta por la espalda y le hace cariño en la cabeza, para aliviarla. Los líquidos y la sangre del parto lo ponen nervioso y trata de no mirar mucho. La partera aimara Inés Challapa, vestida con pollera negra y chaleco, le entrega a la joven una agüita de romero bien cargada, según dice, para que el calor facilite el parto y la guagua no pase frío. “Cuando tengas ganas de pujar, puja. Si no, no”, aconseja la partera, que ha acompañado a Joanna durante todo su embarazo. Las contracciones se hacen más fuertes. La partera amarra una tela alrededor del vientre de Joanna y le hace masajes suaves de arriba hacia abajo, para ayudar a la guagua a bajar. Joanna grita de dolor mientras se asoma la cabeza de su hijo.

Arrodillada al pie de la cama, sobre una colchoneta, una matrona con delantal blanco y guantes quirúrgicos recibe en sus manos al recién nacido y observa su respiración y pulso. “Es una niñita y está sana”, dice mientras la acuesta sobre el pecho de Joanna. Sonrientes y emocionados, los nuevos padres regalonean a su hija. Después de media hora, la matrona sale de la sala de parto intercultural aimara del hospital de Iquique con la niña envuelta en sábanas, para limpiarla y vestirla.

Este año se reactivó un proyecto pionero de parto intercultural para la población aimara, que nació en 2004 en la maternidad del hospital de Iquique. Es un modelo de atención de parto indígena único en Chile y se diseñó especialmente para atraer a las mujeres aimaras de comunas rurales que se resistían a tener guagua en el hospital. En Chile, 99,7% de los partos es atendido en un recinto hospitalario. El 0,3% restante corresponde a mujeres indígenas que tienen a sus hijos en su casa y la gran mayoría de ellas pertenece a comunidades aimaras del altiplano.

Colchane, donde creció Joanna –un poblado a 4.500 metros sobre el nivel del mar, casi en la frontera con Bolivia– es la comuna que tiene el porcentaje más alto de parto domiciliario, a pesar de que cuenta con una posta rural donde hay una matrona. De un total de 37 embarazadas que hubo en 2003, 15 se negaron a tener su guagua en el hospital. Estas cifras se asocian a la alta tasa de mortalidad infantil entre la población aimara rural. Si en Chile mueren 8 de cada 1.000 nacidos vivos (la tasa más baja en
Latinoamérica después de Cuba), en comunas como Colchane la mortalidad infantil es cinco veces más alta: 40 de cada 1.000 niños mueren.

Patricio Miranda, médico obstetra del hospital regional de Iquique, lideró el proyecto de parto intercultural aimara. Junto a cinco matronas echó a andar el programa con un presupuesto de $ 7.500.000 provenientes del Programa de Salud y Pueblos Indígenas del Ministerio de Salud. Lo primero que hizo el equipo fue recorrer las comunidades aimaras del interior para preguntarles a las mujeres por qué no querían tener sus guaguas en el hospital. Respondieron que las trataban mal; no les permitían parir en la posición que ellas conocían (arrodilladas, en cuclillas o sentadas); no las dejaban caminar, tomar yerbas o sopas, ni dar a luz acompañadas de sus familiares, como han hecho las aimaras por generaciones. También tenían mucho miedo de que les hicieran una cesárea, que consideran un daño.

En las comunidades aimaras se conoce a las madres que han tenido cesáreas como “mujeres cortadas”.

“Lo asombroso es que todas las peticiones que nos hacían son exactamente las mismas recomendaciones que hace la Organización Mundial de Salud”, dice el doctor Miranda, y enumera: “Pedían que las dejaran caminar, algo que se promueve ahora porque favorece el trabajo de parto; pedían que no les hicieran episiotomía (un corte que previene desgarros en la vagina) y hoy está demostrado que es innecesaria y no debería realizarse en más del 20% de las mujeres, pero en Chile se hace en más del 70% de los partos; pedían que no las obligaran a acostarse para parir y hoy se sabe que la posición vertical, que ellas usan tradicionalmente, es más cómoda y favorece el parto natural por factores anatómicos y de gravedad; pedían estar con su familia en el parto y hoy se sabe que el apoyo emocional disminuye las complicaciones. Lo que ellas querían es en realidad lo que se debería hacer siempre”, concluye el doctor Miranda.


ABUELA, HIJA Y NIETA

Joanna Mamani amamanta a su hija Dafne, de dos semanas, en su casa en Alto Hospicio. Su hijo mayor, Héctor Manuel, de tres años, nació también en la sala de parto intercultural del hospital de Iquique. Joanna tiene un buen recuerdo de sus partos: “En la sala me dieron agüitas de yerbas y empecé a transpirar. Cuando tenía contracciones, la partera, que me ha acompañado en mis dos embarazos, me afirmaba y me hacía masajes”.

Marcelina Mamani (45), la madre de Joanna, tiene doce hijos. Los seis primeros nacieron en su casa en Colchane. “Yo me ponía de rodillas y mi esposo se sentaba en una silla y me sujetaba la cabeza. Mi suegra me agarraba de la guatita y me ayudaba a pujar para que la guagua saliera más fácil. Ella amarraba el cordón umbijlical a mi pie, yo tiraba un poquito y ahí salía entera la placenta”, recuerda Marcelina. Tradicionalmente, las mujeres aimaras valoran tener muchos hijos, aunque las más jóvenes han comenzado a usar métodos de planificación familiar. En 2001, la familia Mamani migró de Colchane a Alto Hospicio y Marcelina comenzó a tener a sus hijos en el hospital de Iquique. “No dejaban moverme, tenía que quedarme acostada en la camilla. Me ponían un pijama delgadito. Así, ¿cómo una va a pujar siquiera? Las matronas me aplastaban la guata muy fuerte, mientras nosotras estamos acostumbradas a que las parteras nos masajeen con cuidado, suavecito”, reclama Marcelina.

Pero cuando vio lo contenta que quedó Joanna con el parto intercultural aimara, se entusiasmó en volver al hospital. “Mi hija me convenció de inscribirme con mi último hijo, Gabriel. Me ayudó la misma partera que atendió a mi hija. Tuve a mi guagua de rodillitas. Para que bajara la leche después me tomé una sopa de quínoa que mi hermana me trajo de la casa”.

El programa de parto intercultural aimara creó un modelo de atención inédito en Chile, que comenzó a funcionar en red con los consultorios de la provincia de Iquique. En su posta de origen, las embarazadas aimaras se pueden inscribir en el programa de parto intercultural, que funciona siempre sin anestesia, con un timbre en su carnet de control prenatal. Las mujeres que viven en zonas rurales bajan gratis en ambulancia a Iquique cuando comienzan los dolores del parto.

0332Para generar un ambiente similar a un hogar aimara, en la maternidad del hospital de Iquique habilitaron una sala privada con una cama de madera cubierta de mantas aimaras, luz tenue, un calefactor y una silla en forma de U para partos verticales. No se les aplican procedimientos que son de rutina en las maternidades, como lavado intestinal, episiotomía o monitoreo fetal, a menos que sea estrictamente necesario. Una partera tradicional aimara apoya el trabajo de parto con masajes, compresas tibias e infusiones. La matrona interviene sólo para recibir la guagua y el médico, solamente en caso de complicaciones.

Después de nueve meses de etapa piloto, el parto intercultural pasó la prueba con un éxito rotundo. En este periodo en el hospital atendieron a 55 mujeres aimaras de las cuales 92% tuvo un parto normal sin complicaciones. Sólo 3,6% terminó en cesárea, un porcentaje ínfimo frente al 29% de promedio nacional en los hospitales públicos. Y lo mejor es que las mujeres y sus familias quedaban felices. Una encuesta de satisfacción arrojó que 80% de las pacientes encontró mejor esta experiencia de parto que la que había tenido antes en hospitales, 95% consideró que se respetaron sus decisiones y el mismo porcentaje consideró que se respetaron sus creencias o tradiciones.

Con estos resultados el proyecto de atención intercultural aimara fue validado por el Servicio de Salud de Iquique para funcionar en forma permanente. El grupo gestor capacitó durante 2006 al resto de la maternidad y el modelo se dejó en manos de los equipos de turno. Pero el programa quedó descabezado, sin nadie que supervisara su continuidad o difusión, y empezó a decaer. Si el año 2004 atendieron 65 partos interculturales, en 2007 la cifra bajó a 15 partos y en 2008, a un parto al mes.

Este panorama cambió a principios de 2009, cuando el Ministerio de Salud reactivó este modelo y el Servicio de Salud de Iquique contrató al doctor Patricio Miranda como asesor médico, un cargo formal que lo convirtió en supervisor del programa. En abril de este año retomaron la difusión en consultorios
rurales y contrataron con sueldo fijo a tres parteras para que participen en los controles prenatales en el hospital comunitario de Alto Hospicio, donde vive una gran población aimara, y atiendan los partos en el hospital de Iquique. Así, las futuras madres se atrevieron a volver a la maternidad.

EL MANTEO

0425Son las ocho y media de la noche y alguien golpea la puerta de la Casa de la Mujer Altiplánica de Iquique, un hogar donde las mujeres del interior que vienen al hospital pueden alojar gratuitamente. Reyna Cáceres (64), una partera aimara con más de 40 años de experiencia, abre la puerta. Es el doctor Miranda, que trae a una embarazada peruana de 23 años llamada Lidia García. El médico le dice a la partera: “Lidia está pasada de la fecha de parto, pero la guagua no baja. ¿Se la puedes acomodar?”.

Reyna palpa el contorno de la guata, explora. “La guagua está pasada de frío y muy arriba”, diagnostica. La embarazada bajó hace dos días desde Pozo Almonte y su marido se quedó allá con los hijos. “Lidia está sola, adolorida y con probabilidades altas de terminar en cesárea”, le dice el doctor a la partera.

Reyna trae una frazada, la estira en el suelo y le dice a Lidia que se tienda al centro. La partera agarra un extremo de la frazada y yo, siguiendo sus instrucciones, agarro el otro. Reyna tira la frazada hacia arriba, haciendo rodar a la embarazada hacia mi lado y yo hago contrapeso levantando la manta. La guata de Lidia se bambolea. “Esto es un manteo para acomodar la guagua”, explica Reyna. Cuando termina, la partera prepara una agüita con menta muy aromática. Lidia se sienta en el comedor y bebe.

Esa misma noche tiene a su guagua en un parto normal. Hasta hace pocos años, los médicos y matronas de las postas rurales amenazaban a las parteras con denunciarlas a Carabineros por atender los partos en las casas. Ahora, integradas en este programa de atención intercultural, se han ganado el respeto de doctores y matronas por el soporte emocional que brindan a las embarazadas, así como por su sorprendente habilidad para acomodar con masajes y manteos una guagua en mala posición y aliviar los dolores del embarazo y el parto con compresas tibias e infusiones.

“La partera hace su trabajo y nosotras hacemos el nuestro. Cada una respeta el espacio de la otra”, dice Ana María Gavilán, una de las cinco matronas que creó el programa. “Al principio tenía aprensiones con este tipo de parto, como que si no le hacíamos un lavado intestinal a la madre, la guagua podría tragar desechos. Pero me di cuenta de que mientras sale por el conducto de la vagina, la guagua cierra los ojos y la boca. Después sólo hay que lavarle la carita”, cuenta.

La matrona Nora Rivera confiesa que al principio estaba reticente a participar en el programa, pero como eventualmente le iba a tocar atender algún parto intercultural, fue a ver cómo era. “Quedé impactada con el ambiente de cariño que se produce. Nunca volví a atender un parto de la misma forma después de eso”. Desde entonces pone luz baja, música suave, no apura los pujos y, si es posible, se asegura de que el padre de la guagua esté presente.

Las buenas prácticas del parto intercultural se han ido contagiando de a poco hacia el resto de la maternidad: varios matrones, inspirados por las tradiciones aimaras, aplican sus propias innovaciones en los turnos, como aromaterapia. El giro definitivo hacia un modelo de atención más humanizado vendrá a principios del próximo año, cuando en el hospital de Iquique se inaugure oficialmente una maternidad de parto integral, de acuerdo a los lineamientos que promueve el Ministerio de Salud: se construirán cuatro nuevas salas individuales donde todas las mujeres –no sólo las aimaras– podrán caminar durante el trabajo de parto, tomar infusiones, tener su hijo en la posición que elijan –con o sin anestesia, como prefieran– y recibir a sus guaguas rodeadas de su familia.