jueves, 29 de noviembre de 2012


Salud pública: Obama/Ollanta

Pedro Francke
Profesor PUCP- Comité Editorial Otra Mirada
Barack Obama hizo de la reforma de la salud una prioridad de su primer gobierno. Con razón: En el país más poderoso del planeta hay 50 millones sin seguro de salud, 17% de la población, lo que causa 48 mil muertes prevenibles al año. La reforma de salud de Obama orientada a resolver este problema ha sido rechazada agresivamente por los republicanos, pero Obama ha insistido. El costo neto estimado de la reforma de salud norteamericana es superior a 1,1 trillón de dólares (un 1 seguido de 12 ceros) para el periodo 2012-2022. El pueblo norteamericano votó recientemente por mantener y defender esa reforma. El costo es grande, no se puede negar, pero la vida y la salud no tienen precio.
 
En el Perú, el derecho a la salud es uno de los derechos fundamentales más maltratados y ninguneados por el Estado. Apenas una cuarta parte de la población tiene un seguro de salud, cifra de la que excluimos el llamado “Seguro Integral de Salud” por ser lo más inseguro que hay, ya que nada garantiza a un paciente recibir gratuitamente los exámenes auxiliares, procedimientos y medicinas que requiere. La causa fundamental de esta situación es la falta de presupuesto.  El Seguro Integral de Salud recibe apenas 550 millones de soles, menos de 2 soles mensuales por cada peruano. El tesoro aporta a la salud pública un 1,5 por ciento del PBI; bastante menos que países vecinos como Brasil, Colombia o Chile, y desde luego mucho menos que países como Canadá, Francia o Inglaterra son sistemas públicos de salud consolidados.
 
Ollanta Humala fue electo con un programa más a la izquierda que el de Obama, pero la gran decisión de iniciar una fuerte reforma de la salud para asegurar que todas y todos los peruanos tengamos acceso a una atención de calidad, no ha llegado.  El avance hacia la igualdad y la seguridad, hacia la ciudadanía social que se requiere en un tema tan sensible como la salud, no se ha producido. Por las cifras del presupuesto 2013, hay pocas posibilidades de que llegue.

En los programas regulares del sector salud para el 2013 no hay aumento. El Programa Articulado Nutricional, por ejemplo, un programa de alta prioridad para enfrentar el problema crítico de la desnutrición infantil, tiene este año un presupuesto (PIM) de 1 424 millones de soles y para el próximo año se le otorgan de apertura solo 1 273 millones de soles. Para enfermedades trasmisibles prioritarias como tuberculosis y VIH/ SIDA, de un presupuesto aprobado para el 2012 de 469 millones de soles se pasa a uno de 421 millones. La gran promesa para este año y el próximo es el Plan Nacional de lucha contra el Cáncer. Pero el MEF no ha puesto los recursos para ese plan en el presupuesto del Ministerio de Salud o de las Direcciones Regionales de Salud.
Dice el MEF que lo pondrá en su Reserva de Contingencia, pero no ha dicho de cuánto dinero se trata. Al tenerlo guardado en esta reserva, no es algo con lo que el ministerio de salud pueda contar; ese dinero está puesto bien al fondo del bolsillo del MEF y Castilla verá si lo suelta o no.
 
Lo más probable es que, si sale, lo haga a cuentagotas. ¿Se podría hacer en salud pública una reforma fuerte, que realmente avance en el derecho a la salud como está haciendo Obama? El impuesto a las sobreganancias mineras, que se estimó podría recaudar 5 mil millones de soles anuales, terminó transformado en un aporte neto adicional de las grandes mineras de apenas mil millones de soles: la quinta parte de lo prometido en campaña y apenas 0,15 % (1 / 600 ava parte) del PBI, muy poco como para modificar la enorme desigualdad existente.
 
Los costos estimados de un aseguramiento universal en el Perú están entre mil y dos mil millones de soles anuales adicionales, que como se ve, son realmente asequibles. Cuestión de voluntad política. Obama sí la tiene.

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