Millones de personas en el mundo gastan fortunas todos los días adquiriendo medicamentos contra dos de los males modernos que más aquejan la salud: la hipertensión arterial y la diabetes.
Ahora ya no todos tendrán que pagar: el nuevo gobierno de Dilma Rousseff, en Brasil, anunció que el Estado proveerá estos remedios de forma gratuita, a través del sistema de Salud Pública.
El anuncio, que era una de las promesas de campaña de Rousseff, es una buena noticia para los 33 millones de brasileños que padecen de hipertensión –cerca del 20% de la población- y para los 7,5 millones afectados por la diabetes.
Sin embargo, el gobierno estima que menos de un millón de personas se beneficiará por la iniciativa.
Esto, porque los medicamentos serán entregados a través del programa "Aquí tiene Farmacia Popular", una red de 15.000 farmacias que atienden a la población más pobre del país.
Cerca de 1,3 millones de brasileños utiliza este sistema, por el que ya obtienen hasta el 90% de descuento en medicamentos contra enfermedades como el asma, la rinitis, la osteoporosis, los glaucomas y el mal de Parkinson.
Según los datos oficiales, unos 660.000 de estos beneficiarios son hipertensos y otros 300.000 sufren de diabetes.
Un tema cultural
Juliana Peixoto, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), explicó a BBC Mundo que si bien toda la población brasileña tiene derecho a usar el sistema de Salud Público, en el país está mal visto aprovechar los beneficios gratuitos pensados para los que menos tienen.
La mayoría de las personas de clase media y alta contratan servicios de medicina privada y si bien estos no ofrecen muchos descuentos sobre medicamentos, muchos prefieren pagarlos antes de ser vistos en una ‘farmacia popular
Juliana Peixoto, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso)
"La mayoría de las personas de clase media y alta contratan servicios de medicina privada y si bien estos no ofrecen muchos descuentos sobre medicamentos, muchos prefieren pagarlos antes de ser vistos en una ‘farmacia popular’", explicó.
Según dijo la presidenta Rousseff, los sectores más carenciados de Brasil invierten hasta el 12% de sus ingresos en medicamentos, mientras que los más ricos gastan menos del 2%.
"Mi preocupación con esas enfermedades es que son perfectamente controlables si son tratadas y, por lo tanto, los portadores de diabetes e hipertensión pueden llevar una vida normal y activa si, además de tomar los remedios, siguen una vida saludable", explicó, al hacer su breve anuncio.
"No podíamos admitir que esta carga de origen social pusiera en riesgo la vida de portadores pobres de disfunciones para los cuales la medicina tiene un tratamiento seguro y garantizado", agregó.
Según la gobernante, en 2009 el 34% de las muertes registradas en Brasil fueron causadas por estas dos enfermedades, que son consideradas las "plagas silenciosas del siglo XXI".
Erradicar la pobreza
Rousseff, quien lleva poco más de un mes en el poder, enmarcó esta iniciativa como parte de sus esfuerzos para eliminar la pobreza extrema en Brasil.
"Es una forma a través de la cual estamos dando un paso más para erradicar la miseria", señaló.
Para Peixoto, el anuncio de la mandataria busca "ganar simpatía" entre los sectores más populares del país, que apoyaron fuertemente a su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, pero se han mostrado más distantes con ella.
La experta no duda que la iniciativa será muy bien recibida entre los que menos tienen. Pero ¿a qué costo?
En la actualidad, el gobierno invierte unos US$294 millones en la distribución gratuita de remedios. ¿Cuánto más tendrá que gastar ahora?
Según el ministro de Salud, Alexandre Padilha: nada.
El funcionario explicó que el gobierno logró llegar a un acuerdo con los laboratorios farmacéuticos por el que estos aceptaron reducir sus márgenes de ganancia para poder garantizar la oferta gratuita.
Brasil es uno de los precursores en la generación de medicinas más baratas, o genéricos, y -según los observadores- vuelve a ser pionero en materia de Salud Pública con esta iniciativa.
Se espera que las "farmacias populares" comiencen a distribuir los medicamentos gratuitos contra la hipertensión y la diabetes a partir del 14 de febrero.
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